ENTRE EL PROPÓSITO Y EL SENTIDO

 

Últimamente se habla mucho de
Propósito, y le damos gran importancia, porque de alguna manera lo vinculamos con
un motivo o una misión de vida.

 

¿Cuál es tu misión de vida?

¿Cuáles son tus talentos?

¿Con qué te identificas?

 

Son preguntas a las que se les puede
dar muchas lecturas.  Por ejemplo:

¿Cómo es eso que nos identificamos con
una misión?

¿A quién le interesa tener una misión
aquí? ¿Al EGO o al Ser?

¿Para qué necesitas tener una misión?

 

El Ser sabe a lo que viene.  Está claro que su intención es vivir a
plenitud, en abundancia, alegría, dicha, paz, armonía. Lo que los hindúes denominan
SAT-CHIT-ANANDA. Parte de la experiencia, probablemente incluye realizar algún
aprendizaje.

 

Sin embargo, el EGO cuenta una
historia diferente. Según él, venimos a este mundo con una misión. Tenemos que
encontrarla. ¿Qué sucede si no encuentras la misión? ¿Qué pasa si fracasas?
¿Cambias la misión? ¿Cómo manejas la frustración? ¿Es que no estabas preparado
para ella? o ¿asumes el fracaso como parte del proceso?

 

¿Qué pasa si tu EGO dice que la misión
no es lo suficientemente importante?

¿Qué harías?

 

Y así podemos seguir haciendo preguntas.

 

Parece que la misión consiste en tener
algún tipo de significado que te aleje de la manada, y te entregue un nivel de
relevancia que te haga especial, y te diferencie del resto. Desde mi mirada,
creo que simplemente no tienes una misión. 
Más bien, tienes una responsabilidad contigo mismo, de disfrutar la
experiencia y aprender de ella.

 

Queremos darle significado a nuestra
vida, porque no queremos pensar que estamos aquí perdiendo el tiempo. Imagínate,
“yo perder mi tiempo” “El tiempo es oro”, etc.

 

El propósito es un nuevo invento del EGO
y de los que insisten en vernos como una máquina, un producto o un número más,
que tiene que hacer un trabajo para que sea significativo.  Detrás de eso se esconde la manipulación y la
alienación de la sociedad. Imaginemos ahora con las redes sociales, y la importancia
de ser relevante. Si no eres relevante no existes.  Te has preguntado, ¿a quién le importas?

 

Me inclino más por la idea del Dr.
Viktor Frankl, de darle un sentido a nuestra vida. Y ese sentido tiene que ver
con el camino que tiene la vida en ese momento.

 

La vida tiene su propio ritmo, fluir,
sentido, como quieras llamarle. No hay nada bueno o malo. Eso depende de cómo tú
reacciones ante lo que sucede. Si la vida fluye como un rio y te opones a la corriente,
terminarás agotado, y lo más probable es que el rio te azote contra los
salientes de la orilla. Entonces además de estar agotado, te lastimarás.

 

Si en cambio, fluyes con el rio, en la
dirección de la corriente, avanzarás más rápido, y probablemente podrás sortear
algunos de los obstáculos, avanzando con velocidad hacia la meta, a donde
llegarás fresco y sin estar agotado.

 

Si vas con el sentido, la vida te
lleva en brazos. Si te opones al sentido de la vida, te golpea hasta que
entiendes que tienes que fluir.

 

¿Eso significa que debemos
conformarnos con lo que sucede? 

No necesariamente.

 

Podemos decir que cada rio es como una
línea de tiempo, que lleva a diferentes direcciones.  Quizás cuando estás en una de esas líneas,
para poder salir tienes que llegar al final de la misma. O quizás puedes
cambiar a otra.

 

Ahora, ¿qué sucede si vas en un rio
que fluye de cierta manera, la cual no te gusta? ¿Puedes moverte por uno de los
brazos del rio y cambiar de dirección? ¿Si cambias de dirección qué sentido tendría
oponerte a la corriente?

 

Entonces al final, ese rio llegas a un
maravilloso delta, en donde la vida se abre en miles de direcciones, tratando
de llegar al mar de consciencia pura,, pero atravesando las distintas
experiencias que vivimos.

 

La interpretación de esas
experiencias, es muy particular, y cada uno decide qué hacer con ellas.  Sin embargo, no puedo fijar un propósito diferente
de la vida que me toca vivir en un momento dado.  Por ejemplo, si debido a las circunstancias del
país, me veo obligado a migrar, como ha sucedido en Venezuela, lo que hago es
cambiar mi línea de tiempo, mi sentido de flujo, y me ajusto al nuevo.  Esto me permite cambiar probablemente mi
destino final.  Pero entendemos que
cuando asumimos ese nuevo camino, fluimos en el rio hasta el final.

 

Por ejemplo, el mismo Viktor Frankl no
escogió vivir la experiencia en los campos de concentración; él estaba en otras
cosas.  La situación lo llevó a ser
detenido y confinado a vivir esa situación. ¿Qué hubiese pasado con él, si no hubiese
manejado esa resiliencia, para transitar esa prueba? Qué hubiese pasado si no
le hubiese dado por reflexionar y regalarnos ese maravilloso libro de “El
hombre en busca de sentido”.

 

Una frase que nos regaló fue: “… al
hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades
humanas –la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias-
para decidir su propio camino”.

 

Ante el destino que te toca vivir, tú
eres quien elige qué dirección tomar. Tienes la libertad de cambiar y alcanzar
otros espacios, vivir nuevas experiencias. 
Tienes el poder de cambiar. Si no encuentras cómo, pide ayuda, y
encontrarás respuestas.

 

¿Dónde queda el propósito de vida,
cuando el sentido marca el camino?

 

CONTACTO:

 

Mi nombre es Francisco De Lisa.  Me dedico a apoyar, asesorar, entrenar, hago
mentoría y coaching, a individuos, emprendimientos y organizaciones, para agregar
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por cyber.media.integral@gmail.com.

 

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