CUANDO
DEBES SER DISRUPTIVO.
Estamos acostumbrados a vivir en
nuestra Zona de Confort.
¿Qué entendemos por ese concepto?
Es ese espacio mental en el cual nos
sentimos cómodos y seguros, y del cual
no queremos movernos. Puede ser, tanto un espacio físico como uno
mental. Por ejemplo, si hemos vivido en una región o territorio durante mucho
tiempo, estamos acostumbrados a ese espacio, sabemos como entrar o salir, y muy
probablemente conocemos a nuestros vecinos. Imaginemos que esa zona es mental, significa
entonces que nos sentimos cómodos con ese espacio de nuestra mente en donde se
desenvuelve nuestra vida. Estamos acostumbrados a hacer ciertas cosas, y otras
simplemente ni siquiera nos atrevemos, porque nos apegamos a aquel viejo dicho
que dice: “Es así como se hacen las cosas”.
Sin embargo, todo cambia. La vida está
en constante transformación, y querámoslo o no, nos obliga a cambiar. Existen varias alternativas:
1.
Simplemente
nos quedamos atascados; tarde o temprano la ola del cambio nos arrasará sin consideraciones.2.
Vemos
el cambio y tratamos de adaptarnos, en cuyo caso es como si intuimos que la ola
viene a revolcarnos, y buscamos algún mecanismo que nos ayude a protegernos.3.
Anticipamos
el cambio. Entendemos que hay una fuerte corriente que avizora la
transformación, entonces, anticipamos la situación, y en ese caso, surfeamos el
cambio y avanzamos.
No es malo querer conservar lo que
tienes, o querer mantenerte tranquilo en ese espacio de comodidad. Lo
malo es que no dura para siempre y tarde o temprano, nos veremos obligados a
movernos.
La vida es un continuo cambio desde
que nacemos hasta que morimos, y nada nos prepara para lo que viene. Solo cuando
somos capaces de aceptar y entender el proceso es que fluimos con él. La impermanencia
de la vida implica que, como todo se modifica, no podemos apegarnos a nada, ya
que tarde o temprano eso también cambiará.
Lo que nos aterra es que puede ser que
no entendamos lo que pasa, o que sintamos que es amenazante. Y para ello es
importante trabajar ese juicio o pensamiento que nos limita de forma
innecesaria. Debemos aclarar a qué se debe esa actitud que nos paraliza, y
buscar la forma de superar esa limitación.
Por ejemplo, cuando somos jóvenes,
somos por naturaleza creativos. Todo lo contrario, no nos oponemos al cambio,
sino que lo buscamos, y es esa actitud lo que nos permite avanzar y crear
espacios de crecimiento. De hecho, la tecnología se ha convertido en un espacio
creativo, lleno de amplitud, que permite que los jóvenes se expresen y generen
sus propios modelos de realidad.
Con el tiempo, vamos perdiendo esa flexibilidad,
y nos estancamos en ese espacio que hemos creado y en el cual nos sentimos cómodos.
La clave está en retarse
constantemente. En mantenerse activo. En actuar, en reaccionar y buscar la
forma de crear cosas nuevas.
Dedica un espacio de tú tiempo a innovar.
Ya sea a través de tu trabajo, en el arte, en el deporte, o busca una actividad
que te motive a renovarte.
La disrupción busca generar un quiebre
que motive un cambio, no importa cómo sea el mismo, lo que importa es que
genere originalidad.
A veces, cuando no sabemos qué hacer,
es posible que nos haga falta ayuda externa para motivar el cambio y que
podamos salir de ese espacio en donde nos sentimos aletargados, desmotivados,
apagados. Esa ayuda puede venir de un
coach, ya que las razones, pueden tener que ver con un aprendizaje, que ha
funcionado por un tiempo, pero que no sabemos cómo adaptarlo a las nuevas
situaciones.
Muchas veces es suficiente tan solo un
“eureka”, o un “ahhhh la cosa es así”, generan lo que llamamos un “darte cuenta”,
que cambia nuestra interpretación de la situación y nos entrega un lote de
nuevas posibilidades. Depende de cada
uno de nosotros encontrar ese darse cuenta.
Enfrenta tus pensamientos, miedos,
juicios, limitaciones, patrones, condicionamientos, etc. No es imposible. Solo tienes
que intentarlo. Si lo consigues, es posible que sientas cómo te liberas de una
carga pesada, que te mantenía atado a un espacio, y no te permitía ver las
nuevas posibilidades que te ofrece el futuro.
Entonces respondiendo la pregunta de ¿cuándo
debes ser disruptivo?, pues siempre. Solo inténtalo.
En términos empresariales sucede lo
mismo. Cuando somos emprendedores, estamos dispuestos a probar muchas cosas
nuevas, porque estamos intentando crear o probar una nueva idea o forma de
hacer las cosas. No estamos atornillados
a la manera tradicional de hacerla. Es más, no la tenemos.
Es allí cuando aparece la innovación,
y somos capaces de optimizar muchos de los procesos de la organización, lo que
lleva a una mayor productividad y rentabilidad.
Es por eso que las empresas existentes
miran con atención los nuevos desarrollos y desafíos que traen los nuevos
emprendedores, con ideas frescas, dispuestos a revolucionar el mercado y la
forma de trabajarlo. Puede ser que
apunten a áreas específicas, como mercadeo, finanzas, operaciones, etc., o que
sean capaces de entregar un nuevo producto. En cualquier caso, a través de ese
trabajo creativo, se generan nuevas posibilidades para el negocio y otras
oportunidades de crecimiento.
No olvidemos que la estrategia de los océanos
azules consiste en desarrollar productos o áreas de atención que están
desatendidas, y en donde tenemos poca competencia. Es allí donde se encuentran los márgenes más atractivos
y mayores posibilidades de crecimiento.
Ser disruptivo en el ámbito empresarial
es tener la capacidad de innovar creativamente para generar nuevos negocios,
productos, servicios, estrategias y formas de hacer las cosas. Siempre existe
la posibilidad de innovar. Solo hay que encontrar el camino.
CONTACTO:
Si necesitas revisar estos puntos,
podemos conversar. Pongo a tu
disposición mi experiencia como coach, y el desarrollo de nuevas habilidades y
capacidades. Contáctame por esta vía, o a la dirección de correo. Quedo a la espera de tus comentarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario