lunes, 18 de abril de 2022

SUELTA EL PASADO

 



Suelta el pasado.

 

No hay nada que puedas hacer para resolver lo que ya paso.  Simplemente, sea lo que sea que haya sucedido, eso solo está en tu memoria, no existe en ningún otro lugar del Universo. Sea lo que sea que haya sucedido, como tú lo hayas percibido, o como lo recuerdes, eso solo existe en el espacio intemporal de tu memoria.  Desde pequeños aprendemos a relacionar causas y efectos, y también a mirarlo en términos de tiempo, porque el tiempo, es una medida del intervalo de cambio. Y es solo en nuestra memoria, es en nuestros recuerdos, algunos más claros que otros, en donde existe ese pasado. Ya los eventos ocurrieron, ya no existen. Cualquier decisión que tomemos en relación a ese momento o a partir de esa situación, afectara nuestro presente o nuestro futuro, pero de ninguna manera cambiaremos el pasado.  Por lo tanto, lo único que nos queda es aceptarlo.

 

Lo más probable es que eso que a ti te parece tan importante, seguramente, para otra persona, tendrá un significado completamente diferente, inclusive puede ser que ni siquiera se acuerde de ello. No hay nada que puedas hacer en este momento, para cambiar lo que ya sucedió. Simplemente tenía que suceder, era parte del proceso que estamos viviendo. Lo único que puedes hacer con el pasado además de soltarlo, es aprender de él, como parte de tus vivencias en este plano.

 

La vida fluye como un rio, y tiene su propio ritmo. Nada de lo que hagamos podrá cambiar la corriente de la vida.  Solo podemos ajustarnos a ella, y bailar a su ritmo, reconociéndola, aceptándola, entendiéndola, para que nuestra vida fluya en paz.  El rio de la vida se mueve como consecuencia de la inteligencia universal que rige el Universo. Todo tiene un por qué y un para qué. Que nosotros lo sepamos o lo entendamos, no importa. Igual sigue su camino. Tenemos que darnos cuenta que esa Inteligencia que mueve al Universo tiene un objetivo y es la expansión y la creación. Si nos oponemos a ella de la manera que sea, seguramente no nos sentiremos bien. Nuestra inteligencia como especie es parte de esa inteligencia universal, cuando somos capaces de acoplarnos a ella la vida se mueve de manera más diáfana.

 

La mayoría de las veces nuestras emociones están completamente involucradas con el pasado, con una situación, con una persona, con un hecho.  Para que esa emoción permanezca, es necesario que inviertas energía de tu cuerpo para mantenerla vigente. Cuando dejas de darle importancia a ese evento o situación, la energía que alimenta la emoción como consecuencia del pasado, comienza a liberarse y retorna a sanar tu cuerpo. Hasta que no seas capaz de soltar, no serás capaz de recuperar la energía que estas invirtiendo en darle vida a ese pasado, no serás capaz de sanar. Ese evento solo sigue vivo solo en tu mente,  no existe en ningún otro lado. Y cualquier otra persona que haya estado contigo en ese momento, probablemente recordara algo completamente diferente. Entonces puedes preguntarte ¿Cómo algo que ocurrió tiene distintas explicaciones? ¿Cuál es la verdad de lo que sucedió? ¿Es verdad lo que tu viste o lo que el otro vio? Cuando empiezas a hacerte esa pregunta te das cuenta de la relatividad de los recuerdos, y de que al final no significan nada.

 

Aquí comenzamos a reconocer la diferencia entre los procesos de Sanación y de Curación. Cuando trabajamos con la curación, estamos atacando los síntomas de la enfermedad; cuando trabajamos en la Sanación, estamos atacando los orígenes de la enfermedad.  A veces cuesta trabajo reconocer cual es el origen de nuestras enfermedades. Pero definitivamente, ellas vienen de procesos que muchas veces están escondidos en nuestra memoria, y que no tienen el significado que nosotros le hemos dado.

 

Por supuesto, no es fácil decirle a alguien que olvide las emociones involucradas en una situación particular que le parece tan importante. Sin embargo, cuando somos capaces de soltar, sin  importar lo que eso pueda significar para nosotros, somos capaces de aceptar nuestra responsabilidad en el proceso de sanación de nuestro cuerpo. A veces tenemos que decidir entre nuestra salud y nuestros recuerdos.  La pregunta que habría que hacerse en relación a estos procesos sería: ¿Qué gano yo con esto?

 

Los únicos responsables de nuestra salud somos nosotros mismos. Y como dice Carlos Fraga, si no eres capaz de trabajar la situación por tu cuenta, busca ayuda para superarla.  Cuando somos capaces de hacernos las preguntas difíciles, y buscar las respuestas, es cuando de seguro nos encontraremos ante las causas probables de la enfermedad. Quizás nos cueste reconocerlo, pero eso no es más que un velo de ilusión que no nos permite atender el verdadero problema. Y el verdadero problema fue que nos equivocamos en la percepción del hecho. Y entonces, aparece el milagro, que es la corrección del error de percepción.

 

Nuestro cuerpo es una maquina inteligente y maravillosa que tiene la capacidad de auto-sanarse, pero muchas veces, limitamos su capacidad con nuestras emociones, que desvían las energías necesarias para mantener el equilibrio, a procesos que nos consumen innecesariamente,  e impiden que se mantenga el equilibrio. Recordemos que todo en la vida está en la búsqueda del equilibrio. Solo si somos capaces de acercarnos a él, seremos capaces de ocuparnos de nuestra salud.  Solo nosotros somos responsables de nuestra vida, de nuestra salud y de nuestros procesos. Pongamos atención a dichos procesos.

 

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